Textos para leer dormido (La segunda mirada)

«Roto»

Por Arturo Aquino

 

Agujeros en la cordura reptante,

Inhalando rocíos por la calzada de los abriles,

descubriendo alaridos polvorientos.

No hay nadie en casa, ni una luz encendida.

 

Ecos al girar el cerrojo,

Probar su óxido y adelantarse a las cobijas.

Es el romance del polvo con la luz tenue

Asomándose sin distracción a su propia edad

En su melancólica agonía:

Fruta jugosa, de carcomida y delirante ambigüedad.

Se rompe levemente, fisura en la garganta

Desgarro emocional –dijo la mecha-

Humeante desamparo visual su resultado.

 

Fracturada la cordura y difuminada la templanza

Resultando: nomenclatura remojada en alcohol.

Dimensiona otra rima para salvarse

Ocultarse de alucinaciones estertorosas

Con doloroso diafragma palpitante

Mientras recorta sus zapatos con la lengua

Pisoteando ruegos

Ante el chasquido fúnebre del menosprecio

A través de la cuchara plateada, caldosa y callada

En el paladar, con la viajera virtud:

Saberse pedazos de ser y nada en instantes continuos.

«DORMITADO»

Por Arturo Aquino

Pareciera avanzar

Obstruir sus diminutos ojos

Con sangrante alegría

A meloso relato.

Se mantiene allí

Letras costuradas en los dientes

Que tuercen sorpresas

Insomnes esperanzas infantiles.

Se arrastra en la tormenta

Hace del lodo su pijama,

Mortaja lenta en sus carnes

Meciéndose con opaca cantaleta,

Revolcándose sin premura

Tomando el atajo amarillo de grasosa soltura

Mientras lame la orgásmica posibilidad del brillo.

«GIRANDO»

Por Arturo Aquino

Redonda caída del llanto

Viaje de viento lluvioso

Somete sus piernas

Con sexuada sonrisa

Observando detrás de sus hombros

Sin perder latidos con promesas

Deteniéndose, observando

Saboreando la sal de sus palabras

En la humedad de lo etéreo.

de Arturo Aquino

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